Me parece una tarea compleja opinar y reflexionar sobre un concepto tan extenso, ya que existen diversas concepciones y maneras de ponerla en práctica.
La educación es la materia prima de todos los sistemas sociales en su conjunto, podemos decir que es tanto una necesidad como un derecho de todos los ciudadanos, debiendo estar adaptada a la realidad social que vivimos. Es por ello que se somete a diversos cambios y ha de ser revisada y evaluada de manera continua, con la intención de mejorar la calidad de vida de todas las personas que formamos parte de ella.
Me gustaría destacar la función bidireccional que posee, no se entiende la educación sin el individuo, al cual se le ha ido dando cada vez mayor prioridad en sus ultimas reformas.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que la educación posee caras infinitas y puede darse en cualquier contexto, tanto formal, como no formal e incluso informal. A pesar de que la educación reglada es la más reconocida en la sociedad, no podemos olvidar el importante papel que desempeñan los otros dos tipos mencionados, debido a que a través de ellas se adquieren la mayor parte de los aprendizajes (a veces de manera inconsciente).
La educación social trata de dar voz y visibilizar este tipo de aprendizajes, por lo que sería conveniente contar con la presencia de esta figura profesional a la hora de tomar decisiones educativas.
Por desgracia, en muchas ocasiones los educadores sociales no tenemos cabida en centros educativos, y es a raíz de esto que me surge la siguiente pregunta:
¿Aumentaría la calidad de la acción educativa reglada la presencia de profesionales que además contribuyan a la mejora de otros aprendizajes de carácter informal?
No hay comentarios:
Publicar un comentario