Esta pregunta es más compleja de lo que parece, ya que, por un lado pensarías en sobrevivir y llevarías alimento o agua, pero por otro, ¿Merecería la pena estar vivo alejado de todo lo que te rodea?
No me cuesta mucho decidirme entre que sería lo primero que escogería para llevarme, mi gata, por que sin ella no puedo sobrevivir a pesar de tenga comida y agua de sobra. Vendría conmigo al fin del mundo, y por voluntad propia no por que yo la obligue. Le gusta mantener distancia y tener su espacio, pero me sigue a cada parte que voy.
La cadena de oro de mi abuela, a este si que le obligo a venir conmigo siempre, forma parte de mí y es como mi sello de identidad. En el llevo colgada una A con la inicial de su nombre y una estrella. Pero no una estrella cualquiera, es la estrella polar, un regalo que le hizo mi abuelo en uno de sus aniversarios como casados. Mi abuelo siempre le decía que era como la estrella polar, más brillante que ninguna, y es que tenía razón (y no por que sea mi abuela), desprendía un brillo especial. Desde que ella murió hace 7 años no recuerdo habérmelo quitado en ninguna ocasión.
Mi libro favorito de poesía, al que le dediqué un post anteriormente (¡No vine a ser carne!). Es mi refugio cuando tengo un mal día o solo me apetece desconectar del mundo, no podría irme sin él.
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